8 de diciembre de 2008

Mutable...

Casi todo lo que estaba en el piso era reconocible, pero ese "casi todo" era suficiente por el momento, alzó la vista y la vio de pie junto a él, su cara era la misma en todo, cada recuerdo lo constataba, su cuerpo era el mismo también y su pelo castaño caía sobre sus hombros, su rostro era el mismo pero ahora tenía una dejo distante, en el departamento nada parecía fuera de su lugar, extraño o ajeno a excepción tal vez de su presencia.

Tomo sus recuerdos regados en el piso como hojas secas, casi todo era reconocible porque nada parecía fuera de su lugar extraño o ajeno a excepción tal vez de su presencia.

Su presencia pasaba por innecesaria y si no hubiera sido por aquel espejo él hubiera afirmado que no se encontraba ahí, pero no era así y ahí estaba apuntándole la realidad física de la situación espacial de su cuerpo, el cuerpo de ella remotamente se asomaba en el espejo, y aunque él fuera el protagonista del reflejo sabia que casi todo ahí era reconocible y nada parecía fuera de su lugar, extraño o ajeno a excepción tal vez de su presencia.

El espejo le devolvió "su" mirada extraviada -y solo podía aceptarla como propia por el hecho de provenir de sí mismo, porque todos los elementos en su mente le indicaban que aquella expresión perdida y totalmente extraña podría estar debutando en el rostro de cualquier otro ente- pero en aquella atmósfera ilógica flotaban aun las palabras que ella había intentado en vano hilar con anterioridad como un argumento a esta nueva realidad y nada parecía fuera de su lugar, extraño o ajeno a excepción tal vez de su presencia.

Sus recuerdos tomaron un avión y bajaron de aquel aparato solo para abordar otro que en todo era idéntico al anterior, pero también casi todo ahí era reconocible. Nada parecía fuera de su lugar, extraño o ajeno a excepción tal vez de su presencia.

Así me di cuenta que ese ya nunca más seria mi lugar.

2 comentarios:

Anonymous dijo...

Makario

¡Felicidades por sus historias, por la sensibilidad que Dios le regalo! Eso lo compromete a seguir escribiendo.

Leerlo es un placer. Cada linea se disfruta, se vive, se siente. La forma en la que compone las oraciones, cada palabra que utiliza.

Gracias por lo que nos regala.

Alejandra.

Anonymous dijo...

¿Qué paso? Prometiste escribir en el blog ;( Tienes un compromiso con nosotros tus lectores.

Alejandra